Emigrar es morir.
Santo Domingo, Rep Dom.
EMIGRAR ES COMO MORIR.
Cuando se acerca el día de despedirse, sientes como poco a poco de caes hasta que llega el día. Están tus familiares y algunos amigos despidiéndose de ti, sin la certeza de que algún día te verán otra vez, y mientras avisan que ya se va el bus, las lágrimas y el llanto comienza a salir a flote; te abrazan tan fuerte como si fuese un último adiós...
Hasta que finalmente sientes que mueres
Tu familia empieza un proceso de duelo, todos los días te extrañan, todos los días te recuerdan, todos los días te lloran.
En tu casa sobra un plato en la mesa, sobra una cama, un cuarto. Tus amigos empiezan a darse cuenta la clase de persona que eras, cuanto valías y ahora cuanto haces falta; que realmente no
todo era rumbear y reír, si no también llorar y escuchar, pero conforme pasa el tiempo, se van acostumbrando a la idea de que no estás.
Mientras tú aún no te acostumbras a estar sin tu familia y amigos, con frío y preocupado, así es la vida de un hijo que ha salido de su país.
Tener a los tuyos lejos definitivamente te mata, te seca, te rompe, y aún no te haces la idea de que así permanecerás un buen rato Para los que quedaron es más fácil, si le rodean el resto de la familia; cuando uno se va, sólo duele unos
días porque de alguna manera, quedan acompañados, pero nadie reflexiona la otra cara de la moneda:
cuando estás rodeado de familiares o amigos y uno es quien se va, ¿Cómo se hace?
Cuando nos vamos, dejamos un espacio, un lugar y nuestra gente en "PAUSE D", mientras que para ellos el tiempo transcurrirá totalmente igual, todos continuaron con sus vidas; y aunque muchos nos dijeron "TE EXTRAÑO DEMASIADO" no parecía afectarles mucho.
El día en que por fin podamos ir de nuevo a Venezuela, miraremos todo tan diferente, todo y todos estarán tan distintos, a unos los visitaremos a su casa, a unos al hospital y a otros sencillamente nos tocará llevarle flores...
EMIGRAR ES COMO MORIR.
Cuando se acerca el día de despedirse, sientes como poco a poco de caes hasta que llega el día. Están tus familiares y algunos amigos despidiéndose de ti, sin la certeza de que algún día te verán otra vez, y mientras avisan que ya se va el bus, las lágrimas y el llanto comienza a salir a flote; te abrazan tan fuerte como si fuese un último adiós...
Hasta que finalmente sientes que mueres
Tu familia empieza un proceso de duelo, todos los días te extrañan, todos los días te recuerdan, todos los días te lloran.
todo era rumbear y reír, si no también llorar y escuchar, pero conforme pasa el tiempo, se van acostumbrando a la idea de que no estás.
Mientras tú aún no te acostumbras a estar sin tu familia y amigos, con frío y preocupado, así es la vida de un hijo que ha salido de su país.
Tener a los tuyos lejos definitivamente te mata, te seca, te rompe, y aún no te haces la idea de que así permanecerás un buen rato Para los que quedaron es más fácil, si le rodean el resto de la familia; cuando uno se va, sólo duele unos
días porque de alguna manera, quedan acompañados, pero nadie reflexiona la otra cara de la moneda:
cuando estás rodeado de familiares o amigos y uno es quien se va, ¿Cómo se hace?
Cuando nos vamos, dejamos un espacio, un lugar y nuestra gente en "PAUSE D", mientras que para ellos el tiempo transcurrirá totalmente igual, todos continuaron con sus vidas; y aunque muchos nos dijeron "TE EXTRAÑO DEMASIADO" no parecía afectarles mucho.
El día en que por fin podamos ir de nuevo a Venezuela, miraremos todo tan diferente, todo y todos estarán tan distintos, a unos los visitaremos a su casa, a unos al hospital y a otros sencillamente nos tocará llevarle flores...
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