Escrito por: Licdo. Walys Matos M.
Publicado el 26 de enero 2016


Hoy se conmemora el aniversario número 203 el natalicio de nuestro patricio Juan Pablo Duarte y Diez y en las redes sociales y en las escuelas aún vemos ese entusiasmo con el que se recuerda su ideal y su vida.  No es cierto lo que se quiere vender que los dominicanos nos hemos olvidado de esa figura tan emblemática y representativa que dio el todo por el todo para que hoy gocemos de una nacionalidad y una soberanía.


En mi práctica pedagógica en el Centro Educativo donde laboro puedo observar cuando trabajo con los jóvenes, que aún tienen  esa sed de conocer a  Duarte.  Son los medios estatales los que deben darle más promoción e importancia a las ideas y a la vida intachable de nuestro prócer, al parecer no les conviene seguir el ideario de este magnífico hombre que arriesgo su vida e invirtió los bienes de su familia para que nuestra independencia se consumara.



Hoy me sentí muy satisfecho con la representación digna de mis estudiantes en un acto a Duarte que no tuvo ningún desperdicio, se me engrifaron los pelos, como se dice popularmente, cuando vi a esos jóvenes con ese entusiasmo y esa motivación con la que encarnaban a Duarte. Tuve un estudiante que tuvo la oportunidad de representar a Duarte en el Juramento Trinitario, quien me expreso con sus propias palabras que Duarte esta dentro de él y que cada año él se siente ser el patricio cuando lo interpreta, eso fue genial.

A nuestros políticos no les interesa el ejemplo de Duarte, porque ellos hacen todo lo contrario a como se condujo nuestro prócer en su vida, fue un hombre honesto, defendió al pueblo sin pensar en beneficiarse económicamente, al contrario, tuvo que invertir los bienes de su patrimonio para que hoy nos llamemos dominicanos.

La figura de Duarte se mantendrá siempre intacta en los corazones de los dominicanos como una mancha indeleble.  Cada día los dominicanos tomamos mayor conciencia y sabemos diferenciar lo bueno de lo malo y sé que entre las buenas acciones Duarte está presente.

Juan Pablo Duarte es el referente obligado de nuestros días, el espejo en que todos los dominicanos debemos reflejarnos, para construir la Patria de nuestros grandes sueños.

Imitar a Duarte, pensar como él, asumirlo en su conducta personal, y en su inquebrantable lucha por tener nuestra propia identidad como dominicanos, es una tarea de todos.

Duarte morirá solamente cuando en esta isla compartida se hayan extinguido todos los dominicanos.
















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