Las Hermanas Mirabal: tres mariposas que desafiaron a Trujillo y dieron sus vidas por la libertad
Santo Domingo.-Cuando se supo la noticia del vil asesinato de las hermanas Mirabal, aquel viernes 25 de noviembre, hace hoy 53 años, la sociedad dominicana quedĂ³ estremecida. Un sentimiento de rabia e impotencia se apoderĂ³ de gran parte de la poblaciĂ³n. La dictadura habĂa llegado demasiado lejos.
Una banda de sicarios, por encargo expreso de Trujillo, se ocupĂ³ de asesinar a las tres mariposas -como les decĂan sus compañeros de lucha a las Mirabal- y a su chofer, Rufino de la Cruz.
Para sus asesinos fue un trabajo “fĂ¡cil”. Pero se trataba de unos muertos demasiado pesados para un rĂ©gimen moribundo. Y si la expediciĂ³n guerrillera del 14 de junio de 1959, aĂºn siendo un fracaso militar, sirviĂ³ para demostrar que la dictadura trujillista era vulnerable, la muerte de las muchachas de Salcedo fue la copa que rebozĂ³ la copa. A partir de su asesinato y de otros desmanes, muchos jĂ³venes de clase media, incluso gente del entorno del dictador, sintieron la necesidad de luchar contra la tiranĂa y por la instauraciĂ³n de la democracia en el paĂs, comenzaba a disiparse el miedo. Su muerte tuvo el efecto contrario al que pretendĂa la dictadura. Seis meses despuĂ©s, Trujillo fue ajusticiado por antiguos colaboradores.
Antecedentes
El 10 de enero de 1960, jĂ³venes de clase media, seminaristas, obreros, campesinos, profesionales y estudiantes celebraron una Asamblea Nacional en una finca propiedad de Charlie Bogaert, en Mao, donde dejan constituido el denominado Movimiento Revolucionario 14 de Junio, inspirado en el ejemplo y en el programa de los guerrilleros de 1959. Bajo el liderazgo del abogado montecristeño Manuel Aurelio TavĂ¡rez Justo (Manolo), el esposo de Minerva Mirabal, los catorcistas se plantean como objetivo derrocar la tiranĂa mediante la lucha armada.
Pero muy pronto fueron detectados por los calieses al servicio de la tiranĂa, como muy bien explica Rafael Chaljub MejĂa en su libro “La Guerrilla del Decoro”, cuando señala que el movimiento ni siquiera pudo poner a prueba su capacidad operativa.
“…diez dĂas despuĂ©s de la asamblea de Mao, comenzaron las detenciones en masa, con su trĂ¡gica e inevitable secuela de torturas, asesinatos y desapariciones a que usualmente recurrĂa el rĂ©gimen ante hechos como ese”, dice el autor.
“…diez dĂas despuĂ©s de la asamblea de Mao, comenzaron las detenciones en masa, con su trĂ¡gica e inevitable secuela de torturas, asesinatos y desapariciones a que usualmente recurrĂa el rĂ©gimen ante hechos como ese”, dice el autor.
Las cĂ¡rceles se llenaron de presos polĂticos de diversas partes del paĂs.
Sin embargo, “el descubrimiento del complot sirviĂ³ para demostrar cuĂ¡n extendido era el sentimiento antitrujillista”, dice Chaljub MejĂa.
Entre los primeros apresados figuran, ademĂ¡s de Manolo y Minerva, los esposos de MarĂa Teresa y Patria, el ingeniero Leandro GuzmĂ¡n y el hacendado Pedro GonzĂ¡lez.
TambiĂ©n fue apresada MarĂa Teresa, a quien oficiales desnudaron delante de todos, como una forma de humillarla. Un veterano de aquella Ă©poca, Rafael -Fafa- Taveras relata cĂ³mo la mĂ¡s joven de las “mariposas” se mantuvo incĂ³lume pese a los insultos y la tortura fĂsica, “las descargas elĂ©ctricas sobre los senos de aquella virgen hacĂan mover su cuerpo, pero sus labios no se abrieron con una queja”.
Semanas despuĂ©s de aquella orgĂa de sangre y dolor, las mujeres fueron liberadas, pero sus esposos fueron condenados a 30 años de cĂ¡rcel.
De La 40, Manolo, Leandro y Pedro fueron trasladados a La Victoria, luego a la cĂ¡rcel de Salcedo y de allĂ a Puerto Plata. Se le permitĂa una visita a la semana. Los viernes.
Pese a la advertencia de varias amigos de que se cuidaran, Patria, Minerva y MarĂa Teresa hacĂan el viaje a Puerto Plata todas las semanas a ver a sus esposos y a los otros compañeros de lucha allĂ prisioneros. El peligro era evidente, pero ellas preferĂan desafiarlo antes que dejarse doblegar por el miedo.
El dĂa del crimen
La orden de matar a las hermanas Mirabal fue dada expresamente por Trujillo desde el 4 de noviembre, pero no fue sino el 25 cuando se dieron las condiciones para su ejecuciĂ³n. AdemĂ¡s de las razones polĂticas, Trujillo sentĂa un odio visceral hacia las hermanas, especialmente contra Minerva por el desplante que esta le hizo once años atrĂ¡s en una fiesta que se celebraba en San CristĂ³bal y a la cual fueron invitadas las jĂ³venes junto a sus padres.
La orden de matar a las hermanas Mirabal fue dada expresamente por Trujillo desde el 4 de noviembre, pero no fue sino el 25 cuando se dieron las condiciones para su ejecuciĂ³n. AdemĂ¡s de las razones polĂticas, Trujillo sentĂa un odio visceral hacia las hermanas, especialmente contra Minerva por el desplante que esta le hizo once años atrĂ¡s en una fiesta que se celebraba en San CristĂ³bal y a la cual fueron invitadas las jĂ³venes junto a sus padres.
Ese 25 de noviembre, poco despuĂ©s de las cuatro de la tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz regresaban de Puerto Plata de ver a sus esposo en la cĂ¡rcel San Felipe de Puerto Plata.
“A menos de dos kilĂ³metros de la ciudad (de Puerto Plata) habĂa un carro detenido con aparentes pasajeros afuera, mientras otra persona simula que revisaba el motor…..Rufino de la Cruz se detuvo cuando vio que el carro casi estaba en medio de la vĂa, al llegar paralelo al vehĂculo, el jeep fue asaltado; las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e introducidas al vehĂculo de los calieses.
Patria logrĂ³ salir huyendo en direcciĂ³n a un camiĂ³n del Seguro Social que venĂa por allĂ, pero fue alcanzada y arrastrada por los cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas, pero antes alcanzĂ³ a gritarles a los del camiĂ³n: “DĂganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los caliĂ©s van a matarnos”.
Cuenta Fafa Taveras que el carro marchĂ³ con las tres hermanas adentro y Rufino fue mantenido en el jeep acompañado de dos calieses.
Y explica que antes de llegar a la Cumbre de Puerto Plata se desviaron hacia la derecha, por un camino sin pavimento, entre un cañaveral, y se detuvieron a mĂ¡s de cien metros de la carretera.
Un grupo de esbirros encabezados por el teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecuciĂ³n de las Mirabal. Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, los calieses habĂan ahorcado a Rufino.
Un grupo de esbirros encabezados por el teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecuciĂ³n de las Mirabal. Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, los calieses habĂan ahorcado a Rufino.
Posteriormente, introdujeron los cuatro cuerpos en los vehĂculos y se marcharon hasta el lugar donde lanzarĂan el jeep con ellos dentro. Se detuvieron un momento al ver que una de las vĂctimas estaba viva y se quejaba. Era Minerva, la remataron.
Con los cuatro cuerpos dentro, los asesinos lanzaron el jeep hacia un precipicio. Al dĂa siguiente un diario titulĂ³: “Tres mujeres y un chofer perecen en vuelco”. Muy pocos creyeron esa informaciĂ³n. La noticia del mĂºltiple asesinato corriĂ³ como pĂ³lvora, provocando la indignaciĂ³n amplios sectores de la sociedad dominicana.
Con los cuatro cuerpos dentro, los asesinos lanzaron el jeep hacia un precipicio. Al dĂa siguiente un diario titulĂ³: “Tres mujeres y un chofer perecen en vuelco”. Muy pocos creyeron esa informaciĂ³n. La noticia del mĂºltiple asesinato corriĂ³ como pĂ³lvora, provocando la indignaciĂ³n amplios sectores de la sociedad dominicana.
Luego de asesinar a las hermanas Mirabal, Trujillo ordenĂ³ la confiscaciĂ³n de todos sus bienes y los de sus esposos.
La sangrienta mano de hierro del tirano aplastĂ³ a las tres mariposas, pero serĂa uno de sus Ăºltimos crĂmenes.
El 30 de mayo del año siguiente caerĂa abatido cuando se dirigĂa hacia su natal San CristĂ³bal. MuriĂ³ como viviĂ³: a sangre y fuego.
La sangrienta mano de hierro del tirano aplastĂ³ a las tres mariposas, pero serĂa uno de sus Ăºltimos crĂmenes.
El 30 de mayo del año siguiente caerĂa abatido cuando se dirigĂa hacia su natal San CristĂ³bal. MuriĂ³ como viviĂ³: a sangre y fuego.
FUENTE: Diario El Dia.
0 Comentarios